Una de las mejores experiencias que podemos tener es comer en una cueva, algo que podemos hacer en Laguardia, una pequeña población de La Rioja alavesa, en la cual hay un montón de cuevas, que antaño servían como bodegas.
Estas cuevas han perdido su uso como bodegas, que ahora se sitúan en lugares con mejores accesos, ya que trabajar en una bodega cueva es muy difícil, ya que no se puede usar maquinaria, pero se les ha encontrado un nuevo uso.
Algunos restaurantes en Laguardia se asientan sobre estas cuevas, que ahora se han convertido en comedores, en los cuales los comensales quieren degustar la comida, ya que es una experiencia muy especial.
Estas cuevas tienen una temperatura constante, tanto en invierno como en verano, por lo que lo recomendable es comer en ellas en época estival, en la cual tendremos que entrar a ellas con chaqueta, debido a que la temperatura suele estar en torno a los 15 grados.
En invierno también se puede comer, pero el frío, y sobre todo la humedad, pueden hacer la experiencia desagradable, aunque cada vez son más los restaurantes que tienen estas cuevas climatizadas, para que los clientes las puedan usar durante todo el año.
Todo el mundo puede disfrutar de la experiencia, pero serán los amantes del vino los que más la apreciarán, ya que podrán ver cómo se envejecía el vino hasta no hace mucho tiempo, con una temperatura controlada y a oscuras, condiciones ideales para que los buenos caldos maduren.
Si vas a Laguardia, y a alguien de tu grupo no le apetece comer en las cuevas, en este pueblo hay muchos restaurantes en los que podéis comer productos de calidad a un buen precio, ya que si por algo se caracteriza el norte de España es por su comida de una calidad altísima.
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